El amor de Dios revelado a la humanidad.
- Keith Thomas
- hace 4 días
- 3 Min. de lectura
Hoy comenzamos a examinar el amor de Dios por nosotros. El Señor mismo tomó la iniciativa de extenderse desde el cielo a la tierra para llamar a un pueblo a una relación matrimonial. A lo largo de los libros, desde Génesis hasta Apocalipsis, la Biblia cuenta la historia del Dios Creador, que ama tanto a la humanidad que ha hecho todo lo posible para encontrar una manera de regresar desde la caída en el jardín del Edén. El libro del Apocalipsis habla de los creyentes que son llevados a una relación matrimonial con el Mesías (Cristo) al nacer de nuevo del Espíritu de Dios. Los redimidos por el Señor son representados como descendientes del cielo como una novia y como una ciudad.
Vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su esposo. Y oí una voz que provenía del trono y decía: «Ahora la morada de Dios está con los hombres, y Él vivirá con ellos. Ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará con ellos y será su Dios» (Apocalipsis 21:2-3, énfasis mío).
Esta misma idea de la Iglesia, el pueblo llamado por Dios, como la «novia de Cristo», también es mencionada por el apóstol Pablo:
Estoy celoso de ustedes con un celo piadoso. Los prometí a un solo esposo, a Cristo, para poder presentarlos como una virgen pura ante él (2 Corintios 11:2).
Dios ha revelado que solo a través de un sacrificio sustitutivo puede ocurrir este matrimonio con Dios. En el Antiguo Testamento, Dios utilizó la imagen de un cordero inocente de la Pascua que tenía que morir en lugar del hombre para que su pueblo pudiera ser liberado de la esclavitud en Egipto (Éxodo 12:3-13). Más tarde, durante el peregrinaje por el desierto, Dios mostró a los israelitas que la única manera en que una persona podía ser purificada del pecado era mediante la sangre derramada de un animal sustituto sacrificado en su nombre (Éxodo 29:44-45).
Todos los sacrificios por el pecado en el Antiguo Testamento presagiaban el mayor acto de amor jamás concebido. El Dios Santísimo vino al mundo para entregar voluntaria y amorosamente su vida como ofrenda en pago total de la pena de muerte que nuestros pecados merecen. Hemos sido comprados de la esclavitud del pecado y de Satanás por la preciosa sangre de Cristo, un Cordero sin mancha ni arruga (1 Pedro 1:19).
El mayor Amante del mundo ha venido a conquistar nuestros corazones mediante el mayor acto de amor que el mundo haya visto jamás, a saber, la terrible muerte de Cristo en la cruz del Calvario. Por si eso no fuera suficiente, completó el mayor de todos los actos de amor al ponerlo a disposición del mayor número de personas que reciben Su regalo con la mayor sencillez. Es una obra consumada, y nada podemos añadir por nuestra parte, salvo recibir este mayor de todos los regalos. Así como no hicimos nada para nacer en este mundo, no nos queda nada por hacer, salvo apartarnos de nuestro estilo de vida pecaminoso y confiar en Cristo.
¿Y tú, querido lector? ¿Formas parte de este cuerpo llamado Iglesia del Dios viviente, la novia de Cristo? Puedes hacerlo. Dios te ofrece el regalo de la vida eterna con Él. Apártate del pecado y confía en Aquel que pagó el precio. Keith Thomas.
Esta meditación es una versión resumida del estudio en profundidad: Dios amó tanto
Para más meditaciones diarias en la Biblia, haga clic en los siguientes enlaces:
Comentarios