¿Qué es un discípulo? Vivir la Gran Comisión y seguir a Jesús hoy
- Keith Thomas
- hace 2 días
- 3 Min. de lectura

En nuestras meditaciones diarias en groupbiblestudy.com, nos enfocamos en las palabras de Jesús justo antes de su ascensión. Cuando Jesús ascendió al cielo, confió a sus seguidores, la Iglesia, una misión que cumplir. La siguiente Escritura muestra lo que les dijo a ellos y a nosotros.
18Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, 20y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado. Y ciertamente estaré con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos» (Mateo 28:18-20; énfasis añadido).
Este escritor cree que la gran necesidad actual es que los equipadores —los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros (Efesios 4:11-12)— se tomen en serio la formación y el equipamiento de la Iglesia, permitiéndole cumplir su ministerio. El Cuerpo de Cristo debe ser estudiante de la Palabra de Dios y discípulo fiel, utilizando las Escrituras como nuestras directrices de vida. El énfasis en las palabras de Jesús exhorta a las personas de todo el mundo a venir al Señor Jesús, recibir el don de la nueva vida en Cristo y crecer como discípulos. Esto nos lleva a una pregunta fundamental:
¿QUÉ ES UN DISCÍPULO?
Dis ·ci·pulo (dis-'ī-pəl) n. 1.a. Aquel que abraza y ayuda a difundir las enseñanzas de otro. [1]
La palabra griega para «discípulo» («mathetes») se utilizaba antes de la época de Cristo para referirse a un «seguidor» o «alumno» de un maestro o filósofo en particular. La función del discípulo era aplicar las enseñanzas del Maestro y compartirlas con otros. Los discípulos están llamados a defender la causa, reproducir las habilidades de su maestro y difundir las enseñanzas que han recibido. Aceptan la llama de su maestro, llevan la antorcha y transmiten el mismo fuego a otros para que puedan continuar el viaje.
Una antigua leyenda que no aparece en las Escrituras narra el momento en que Jesús ascendió al cielo después de morir en la cruz y resucitar de entre los muertos. Según la leyenda, el ángel Gabriel se encontró con Él. Gabriel frunció el ceño cuando vio las marcas de las cicatrices de Jesús de sus dolorosos años en la tierra, especialmente las heridas de su crucifixión. Gabriel dijo: «Maestro, sufriste terriblemente por los que están en la tierra». «Sí, así es», respondió Jesús. Gabriel preguntó: «¿Todos conocen ahora tu vida y tu perdón? ¿Todos han oído hablar de tu muerte y resurrección?». «No, todavía no», respondió Jesús. «En este momento, solo unas pocas personas en Jerusalén saben de mi muerte y resurrección».
Gabriel parecía perplejo. «Entonces», preguntó, «bueno... ¿cómo sabrán todos acerca de tu maravillosa vida, tu muerte sacrificial y tu resurrección triunfal?». «Les he pedido a Pedro, Santiago, Juan y a un puñado de amigos y seguidores que se lo cuenten a otros. Y cuando la gente lo escuche y lo crea, ellos, a su vez, se lo contarán a otros. Y Gabriel, con el tiempo, toda la tierra escuchará el mensaje». Aún frunciendo el ceño, el ángel respondió: «Pero, hmmm, ya sabes cómo es la gente en la tierra. ¿Y si ellos... ¿Y si Pedro, Santiago y Juan se cansan? ¿Y si cuentan la historia y la siguiente generación se dedica a otras cosas?». «¿Y si, en el siglo XXI, la gente ya no se compromete con tu misión? ¿Tienes otros planes?». El Cordero de Dios miró directamente al ángel de Dios y dijo: «No tengo otro plan. Cuento con ellos» (autor desconocido). Él cuenta con todos los miembros del cuerpo de Cristo para servir y compartir el evangelio.
Para más meditaciones diarias en la Biblia, haga clic en los siguientes enlaces:
[1] Las definiciones son del American Heritage Dictionary.





Comentarios