Tamizado como el trigo: la advertencia de Jesús a Pedro y las pruebas que Dios permite

Continuamos nuestra meditación sobre la conversación de Jesús con los discípulos en la última cena de Pascua, la noche antes de ser crucificado. Jesús le dio una impactante palabra profética a Simón, también llamado Pedro:

³¹«Simón, Simón, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo. ³²Pero yo he rogado por ti, Simón, para que tu fe no falle. Y cuando te hayas vuelto, confirma a tus hermanos». ³³Pero él respondió: «Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte». ³⁴Jesús le respondió: «Te digo, Pedro, que antes de que cante el gallo hoy, negarás tres veces que me conoces» (Lucas 22:31-34).

Ayer sugerimos que Pedro pudo haber causado la disputa (Lucas 22:24) en la mesa sobre quién era el más grande entre ellos. Esta discusión pudo haber surgido porque Judas estaba sentado en un lugar de honor a la izquierda de Jesús. El Señor se dirigió a Pedro utilizando el nombre con el que se le conocía anteriormente: Simón. Antes de que Cristo le cambiara el nombre, Pedro actuaba como una persona egoísta, imprudente y discutidora. En aquellos días, cuando alguien quería enfatizar un punto, lo repetía dos veces, por lo que Jesús le recuerda a Pedro que el antiguo comportamiento de Simón está regresando, diciendo: «Simón, Simón» (v. 31).

Ahora que Jesús se marchaba para estar con el Padre a través de la cruz, necesitaba que Pedro fuera una roca y una fuente de fortaleza para los demás. Sin embargo, había una lección o prueba más a la que Pedro tenía que enfrentarse, una lección diseñada por Dios para quebrarlo, como el alfarero quiebra la vasija para volver a moldearla en el torno (Jeremías 18:4). El Señor quería moldear el carácter de Pedro para convertirlo en un vaso de honor y utilizarlo para predicar con poder en el día de Pentecostés. Satanás también tenía un plan para Pedro: tamizarlo como al trigo.

¿Qué significa ser tamizado? La imagen que Jesús dio es la del trigo cosechado que se sacude en un tamiz. En aquellos días, los agricultores llevaban las gavillas de grano de los campos a una era, normalmente en una colina, donde se arrastraba un instrumento de trilla —un gran carro de madera tirado por bueyes— sobre las cáscaras para separar los granos de trigo de los tallos. Cuando soplaba un viento fuerte, arrojaban toda la mezcla al aire con una horquilla. El viento se llevaba la mayor parte de la paja, mientras que los granos más pesados caían en medio del montón. Entonces, comenzaba el tamizado con una buena sacudida en el tamiz. El trigo caía, pero las piedras y la paja quedaban en el tamiz. Quizás la sacudida en el tamiz simbolizaba lo que estaba a punto de suceder en el patio del sumo sacerdote, donde a Pedro le preguntaron tres veces si era discípulo de Cristo. Él falló la prueba de las tres veces al responder negativamente.

Podría ser que el orgullo de Pedro necesitara ser quebrantado antes de que Dios pudiera usarlo eficazmente. El objetivo de Satanás era que Pedro fuera rechazado como paja indeseable, pero el Señor le dijo a Pedro que había orado por él para que su fe no fallara. ¿Ha habido momentos en tu vida en los que tu fe se ha visto sacudida? ¿Qué acontecimientos ha permitido Dios en tu vida para poner a prueba tu fe? A veces, Dios permite situaciones diseñadas específicamente para sacudir nuestra fe y separar la paja inútil de nuestro carácter. No creo que fuera una coincidencia que tres personas le preguntaran a Pedro sobre su fe en Cristo mientras él estaba parado alrededor del fuego en el patio del sumo sacerdote. Quizás Dios quiso que toda la situación quebrantara el corazón de Pedro. Pedro pensaba que era lo suficientemente fuerte y que tenía lo necesario para liderar a los apóstoles. ¿No le había dicho Jesús a Pedro que edificaría su Iglesia sobre esta roca? ¿Y tú? ¿Qué situaciones estás atravesando que ponen a prueba tu fe y tu carácter? Oro para que salgas del tamiz como el trigo y no seas arrastrado como la paja. Keith Thomas

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