Las afirmaciones de Jesús sobre su igualdad con el Padre.
- Keith Thomas
- 8 sept
- 3 Min. de lectura
En nuestras meditaciones diarias, seguimos explorando algunas de las enseñanzas que Jesús impartió a sus discípulos. En una ocasión, después de sanar a un hombre en el estanque de Betesda en sábado (Juan 5:1-16), los líderes judíos comenzaron a perseguir a Jesús porque había sanado al hombre en sábado. Los fariseos creían que sanar era una actividad prohibida en sábado. Durante esta persecución (Juan 5:16), Jesús respondió con cinco afirmaciones de igualdad con Dios. Para que esta meditación sea breve, hoy nos centraremos solo en las dos primeras.
1) Cristo es igual a Dios en su persona (vs. 17-18).
17Jesús les dijo: «Mi Padre sigue trabajando hasta el día de hoy, y yo también trabajo». 18Por eso los judíos intentaban con más ahínco matarlo, porque no solo violaba el sábado, sino que incluso llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios (Juan 5:17-18).
Algunas personas creen que Jesús nunca afirmó ser Dios. No sé de dónde sacan esa idea, porque el Señor declara claramente su divinidad en este pasaje concreto de las Escrituras. Así como su Padre nunca dejó de trabajar en sábado, lo mismo ocurría con el Señor Jesús. Los judíos religiosos entendieron sin duda que Él decía que era igual a Dios (v. 18). Por eso, respondieron intentando con más ahínco matar a Cristo (v. 18).
2) Cristo es igual a Dios en sus obras (vs. 19-20).
19Jesús les respondió: «En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo, sino solo lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo. 20Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Sí, para su asombro, le mostrará cosas aún mayores que estas (Juan 5:17-20).
Jesús dijo que solo podía hacer lo que veía hacer a su Padre. No debemos interpretar esto como que Jesús era más débil o inferior al Padre, porque eso sería una herejía. En cambio, significa que todo lo que hizo fue en cooperación con el Padre y se hizo desde su unidad. Solo hay un Dios, y Jesús es 100 % Dios en carne humana. En una ocasión, Cristo le dijo al discípulo Felipe:
¿Tanto tiempo hace que estoy con ustedes y aún no me conocen, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decir: «Muéstranos al Padre»? (Juan 14:9).
El Señor Jesús enseñó el discipulado a través del ejemplo. Todo lo que hizo se basó en escuchar y seguir lo que el Padre le mostró. Como discípulos de Cristo, siempre debemos tener un pensamiento en primer plano en nuestra mente: «Señor, ¿qué quieres hacer a través de mí en esta situación? ¿Qué quieres que le diga a esta persona?». A veces, podemos tropezar porque hemos dicho o hecho algo que creíamos que el Señor nos estaba diciendo, pero no vemos ningún fruto visible. Incluso cuando los resultados no son evidentes, debemos confiar en que Dios está obrando y permanecer obedientes a la guía del Espíritu. Recuerdo haber compartido a Cristo con un par de chicas jóvenes hace muchos años. Después de explicarles cómo podían ser salvas, nunca hice un seguimiento porque no parecían tener ningún interés. Más tarde, me di cuenta de que estaban tan ansiosas por conocer a Dios que tomaron la iniciativa de volver y preguntarme si podía compartir más con ellas. Las guié a ambas a Cristo. ¡Qué ciego estaba ante la obra del Espíritu Santo! Cuanto más aprendemos a ser sensibles a su voz y guía, más vemos cómo obra a través de nosotros.
Debemos escuchar ese suave susurro (1 Reyes 19:12) del Espíritu, que se vuelve más claro cuanto más caminamos con Él y obedecemos sus indicaciones. Recuerda que el susurro del Espíritu nunca contradice la Palabra de Dios. Las indicaciones del Espíritu Santo siempre parecerán algo que Jesús diría y estarán en consonancia con las Escrituras. El Señor dijo que la relación entre el Padre y el Hijo se basa en el amor mutuo: «Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace» (v. 20). Cuando alguien ama sinceramente a Cristo, los dones del Espíritu fluyen en él y a través de él para tocar vidas. Jesús estaba diciendo que Él es igual al Padre y que todo lo que hizo en la Tierra fue guiado por la inspiración del Padre. Keith Thomas
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