Prueba de la resurrección: respondiendo al escéptico.
- Keith Thomas
- hace 3 horas
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En nuestras meditaciones diarias, seguimos reflexionando sobre la resurrección de Jesús. Las personas ofrecen diversas razones para su incredulidad, pero Dios ha abordado todas las preocupaciones de cualquier escéptico dispuesto a considerar las pruebas de manera razonable. Algunos dicen lo siguiente:
1) Jesús no murió. Solo se desmayó en la cruz y, más tarde, en la tumba, revivió y se marchó. Respuesta: Tenemos pruebas de los soldados romanos que confirmaron que Jesús estaba muerto al clavarle una lanza en el costado (Juan 19:33-35). Del cuerpo de Cristo salió un «flujo repentino de sangre y agua», lo cual es una prueba médica de muerte. La probabilidad de que sus heridas se hubieran curado en la tumba lo suficiente como para que pudiera mover una piedra de una tonelada y luego caminar los once kilómetros hasta Emaús esa tarde es muy baja, incluso si de alguna manera hubiera logrado pasar por delante de los guardias. Esto se suma a la prueba de la lanza romana clavada en su costado (Juan 19:34). Además, si hubiera sobrevivido a la cruz, los tres días en la fría tumba, sin comida ni agua, y con la pérdida de sangre, habrían sido suficientes para matarlo. Recuerde que Pedro se calentó junto al fuego en el patio de Caifás la noche antes de la muerte de Cristo (Lucas 22:55), lo que demuestra que hacía frío en Jerusalén.
2) Los animales entraron en la tumba y se comieron el cuerpo. Respuesta: La piedra estaba sellada y era muy pesada. Los animales no habrían podido pasar por delante de los guardias; Pedro y Juan vieron las vendas, lo que descarta esa teoría.
3) Los guardias y las mujeres fueron a la tumba equivocada. Respuesta: Las mujeres habían seguido a Nicodemo y a José de Arimatea hasta el lugar de la sepultura y vieron cómo enterraban a Jesús. Además, estaba cerca del lugar de la crucifixión, un lugar que todos reconocían. Era poco probable que los soldados romanos cometieran tales errores, principalmente porque sus vidas dependían de no perder a su protegido.
4) Los discípulos robaron el cuerpo y perpetuaron el mito de que Jesús resucitó de entre los muertos. Respuesta: Los apóstoles habían huido de los soldados en el huerto de Getsemaní y estaban desanimados tras su muerte. No parece probable que se enfrentaran intencionadamente a los soldados romanos y robaran el cuerpo de Jesús. Pedro perdió el valor hasta el punto de negar a su Maestro. ¿Cómo podrían estos hombres asustados enfrentarse a los feroces y bien entrenados soldados romanos? No pudo haber sucedido mientras los soldados romanos dormían, porque el ruido de rodar esa gran piedra los habría despertado a todos. También estaba el hecho de que los soldados sabían que perderían la vida si perdían el cuerpo que custodiaban. Los discípulos no habrían estado dispuestos a ser martirizados o dar su vida por algo que sabían que era una mentira.
5) El sumo sacerdote, los líderes o incluso los ladrones de tumbas robaron el cuerpo. Respuesta: Cuando los discípulos comenzaron a predicar que Jesús estaba vivo, habría sido el momento perfecto para que los líderes judíos mostraran a todos el cadáver, pero no pudieron hacerlo porque no lo tenían. Los ladrones de tumbas no se habrían tomado el tiempo de colocar las sábanas con la mezcla de mirra y áloe de 75 libras (Juan 19:39) de una manera que convenciera a Juan. Los guardias protegían la tumba para evitar que sucedieran cosas así.
6) Los discípulos de Jesús se lo imaginaron todo. Respuesta: La tumba vacía es el testimonio silencioso de que no se trataba solo de una imaginación. Los 500 discípulos a quienes Cristo se apareció a la vez (1 Corintios 15:6), junto con todos los discípulos que comieron con Él en el aposento alto y junto al mar de Galilea, lo vieron y hablaron con Él. También podemos considerar el valor del apóstol Pedro para predicar a varios miles de personas en el día de Pentecostés. ¿Podría haberlo hecho si todo fuera imaginación? La mayoría de los apóstoles murieron por su fe, y ninguna oposición pudo silenciarlos. Es imposible morir por algo que sabes que es un engaño o una ilusión.
La única conclusión basada en las pruebas es que Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y que Él vive para siempre, ha vencido a la muerte y ha asegurado la vida eterna para todos los que confían en Él. La resurrección no es un mito, es un hecho histórico. Keith Thomas
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