
En nuestras meditaciones diarias, hemos hablado de las defensas espirituales que Dios proporciona a los creyentes mientras vivimos en este mundo. Después de hablar de la armadura, el apóstol Pablo escribe sobre las armas ofensivas que Dios también proporciona. Algunos creen que Pablo solo menciona un arma, la espada del EspÃritu. Sin embargo, tal vez su segunda arma ofensiva no podÃa representarse con ninguna parte de la armadura de un soldado romano, por lo que menciona la oración sin la metáfora de ningún arma que llevara el soldado romano. Esto es lo que Pablo escribió sobre la segunda arma espiritual ofensiva:
Y orad en el EspÃritu en todo momento, con toda clase de oraciones y peticiones. Teniendo esto en cuenta, estad alerta y seguid orando siempre por todos los santos (Efesios 6:18).
Entre los creyentes de todo el mundo, algunos dicen que cuando Pablo escribió sobre orar en el EspÃritu, se referÃa a orar en lenguas. A menudo citan dos versÃculos de la primera carta de Pablo a los creyentes de Corinto:
2Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios. De hecho, nadie le entiende; él pronuncia misterios con su espÃritu.
14 Porque si oro en lenguas, mi espÃritu ora, pero mi mente no produce fruto (1 Corintios 14:2, 14).
Al hablar de la oración ofensiva (Efesios 6:18), este escritor cree que Pablo se refiere a todo tipo de oración guiada y empoderada por el EspÃritu que derriba las fortalezas demonÃacas tanto en las personas como en los territorios controlados por espÃritus demonÃacos. La oración en el EspÃritu puede referirse a personas que son guiadas a orar en una lengua desconocida, pero no descartes la oración en tu propio idioma según te guÃe el EspÃritu. Pablo escribió: «Oraré con mi espÃritu, pero también oraré con mi entendimiento» (1 Corintios 14:15). Él señala que no todos los cristianos hablan en lenguas (1 Corintios 12:30), pero en los versÃculos que estamos estudiando, Pablo le escribÃa a la iglesia de Éfeso acerca de la guerra espiritual, una iglesia que ponÃa menos énfasis en los dones del EspÃritu. Este escritor cree que no debemos restringir esta poderosa arma de la oración únicamente a aquellos que tienen el don de orar en lenguas. El Cuerpo de Cristo es un organismo espiritual diverso en el que los dones y talentos de cada miembro pueden ayudar a derribar fortalezas espirituales a través de diversas formas de oración. La oración guiada por el EspÃritu siempre está empoderada por la autoridad de Dios y la presencia del EspÃritu.
Tenemos un ejemplo de este tipo de oración guiada por el EspÃritu en Hechos 4:23-31. Los lÃderes judÃos llevaron a Pedro y Juan ante los ancianos por el «delito» de sanar al cojo en la Puerta Hermosa. Guiado por el EspÃritu, Pedro habló con valentÃa y dijo a los principales sacerdotes, a los escribas y a los lÃderes que no dejarÃan de hablar de Jesús. Después de muchas amenazas, fueron liberados. FÃjense en lo que hicieron los creyentes después de enfrentarse a esta persecución:
23Cuando fueron liberados, se reunieron con sus compañeros y les contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habÃan dicho. 24Y cuando oyeron esto, alzaron sus voces a Dios unánimes y dijeron: «Oh Señor, tú eres el que hizo el cielo y la tierra, y el mar, y todo lo que hay en ellos, 25tú, por el EspÃritu Santo, por boca de nuestro padre David, tu siervo, dijiste: “¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos traman cosas vanas? 26Los reyes de la tierra se levantaron, y los gobernantes se reunieron contra el Señor y contra su Cristo». 27Porque verdaderamente en esta ciudad se reunieron contra tu santo siervo Jesús, a quien ungiste, tanto Herodes como Poncio Pilato, junto con los gentiles y los pueblos de Israel, 28para hacer todo lo que tu mano y tu propósito habÃan predestinado que sucediera. 29«Y ahora, Señor, toma nota de sus amenazas y concede que tus siervos hablen tu palabra con toda confianza, 30mientras tú extiendes tu mano para sanar, y se realizan señales y prodigios por medio del nombre de tu santo siervo Jesús». 31Y cuando hubieron orado, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del EspÃritu Santo y comenzaron a hablar la palabra de Dios con valentÃa (Hechos 4:23-31; énfasis añadido).
Los primeros discÃpulos se dieron cuenta de que su lucha no era contra los lÃderes de carne y hueso de Israel, sino contra las fuerzas espirituales oscuras. ¿Cómo respondió el pueblo de Dios a esta persecución demonÃaca? Oraron fervientemente juntos, alzando sus voces a Dios. No se turnaron, sino que todos oraron en voz alta simultáneamente en varios idiomas, guiados por el EspÃritu. Como resultado, la presencia del EspÃritu Santo sacudió la sala de reuniones y los creyentes se llenaron de nuevo del EspÃritu Santo, lo que les permitió proclamar el mensaje de Dios con valentÃa. Necesitamos una oración congregacional como esta. Ruego hoy para que el EspÃritu Santo sacuda nuestras iglesias y llene a su pueblo de esta manera.
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Esta meditación es una versión resumida del estudio más profundo «¿Cuáles son las armas más poderosas del creyente?»