3. You Must Be Born Again!
Para ver más estudios bĂblicos en español, haga clic aquĂ.
3. Tienen que Nacer de Nuevo!
Muchos de nosotros estamos familiarizados con este dicho: "¡Debes nacer de nuevo!" Es un verso bien conocido de las Escrituras que ha llamado la atención de ciertos sectores de la comunidad cristiana, especialmente en el mundo occidental. Por lo tanto, es fácil asociar el término "nacido de nuevo" con un sector particular del cristianismo. Sin embargo, no debemos perder de vista el hecho de que fue Jesús quien hizo esta declaración, y lo más importante, el término "usted debe nacer de nuevo", fue una respuesta que Jesús dio a la pregunta más vital que uno pudiera tener. La pregunta, en pocas palabras es esta: “Que debo hacer para ganar la vida eterna? Dentro de esta pregunta y respuesta, encontramos lo esencial del mensaje del Evangelio.
Muchas personas ordinarias buscaban la compañĂa de JesĂşs. Ellos se sentĂan seguros de mantenerse cerca a Él, porque tenĂan poco que perder. Otros, que eran parte de la orden religiosa del dĂa, miraban a JesĂşs con cautela. Tal vez, estaban intrigados por su mensaje, pero mantuvieron su distancia debido a su posiciĂłn. SabĂan que seguir a JesĂşs o aprobar Su enseñanza, significaba que ellos arriesgaban su reputaciĂłn. Ellos podrĂan ser conocidos como alguien que se asociĂł con un hereje, un mago, o incluso un fanático religioso, porque asĂ es como algunos en el orden religioso de Su tiempo vieron a Cristo. Él era una persona controversial y todavĂa lo es. En el capĂtulo tres del Evangelio de Juan, leemos de una persona que visitĂł a JesĂşs. Él era de un alto orden en la sociedad religiosa de su Ă©poca, este hombre se llamaba Nicodemo.
Un fariseo llamado Nicodemo:
1 HabĂa entre los fariseos un dirigente de los judĂos llamado Nicodemo. 2 Este fue de noche a visitar a JesĂşs. —Rabà —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podrĂa hacer las señales que tĂş haces si Dios no estuviera con Ă©l. 3 —De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo[a] no puede ver el reino de Dios —dijo JesĂşs. 4 —¿CĂłmo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntĂł Nicodemo—. ÂżAcaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer? 5 —Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del EspĂritu no puede entrar en el reino de Dios —respondiĂł JesĂşs—. 6 Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del EspĂritu es espĂritu. 7 No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo”. 8 El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dĂłnde viene y a dĂłnde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del EspĂritu. 9 Nicodemo replicĂł: —¿CĂłmo es posible que esto suceda? 10 —TĂş eres maestro de Israel, Âży no entiendes estas cosas? —respondiĂł JesĂşs—. 11 Te aseguro que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. 12 Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, Âżentonces cĂłmo van a creer si les hablo de las celestiales? (Juan 3:1-12).
El ApĂłstol Juan, ahora nos ha dado muchas palabras que presentan a la persona de Cristo, por ejemplo, el haber estado desde el principio con Dios, Su bautismo por Juan el Bautista, y Su llamado a la gente a tener una relaciĂłn personal con Él. Al comenzar el tercer capĂtulo, Juan nos presenta ahora el primer y más profundo discurso de la enseñanza del Señor JesĂşs, es decir, la necesidad de nacer de nuevo. Desde el principio de Su enseñanza, El Señor es claro cuando dice que nunca podremos entrar en la eternidad con Dios por causa de nuestras obras. Esta es la razĂłn por la que Cristo usa la analogĂa de nacer de nuevo. No es algo que podemos lograr por nuestra propias fuerzas o habilidades. ÂżCuántos de nosotros tuvimos algo que ver con haber nacido fĂsicamente en el mundo? ¡No tuvimos parte ni opiniĂłn en el asunto! Cada uno de nosotros vino como resultado de otros y de Dios. Dios mismo ha iniciado este renacimiento. Él ha abierto el camino para que regresemos a Él a travĂ©s de Su plan de redenciĂłn. Él lo ha logrado a travĂ©s de Su Hijo, JesĂşs, lo que no somos capaces de hacer.
Podemos asumir que este encuentro cara a cara con Nicodemo sucediĂł en JerusalĂ©n, porque el pasaje anterior dice que JesĂşs estaba asistiendo a la fiesta de la Pascua, y muchas personas allĂ habĂan visto las señales milagrosas que Él estaba haciendo y creyeron en Él (Juan 2:23). JesĂşs mismo declarĂł que a menudo enseñaba en los Tribunales del Templo de JerusalĂ©n (Juan 18:20), por lo que tambiĂ©n es lĂłgico asumir que Nicodemo habĂa estado observando las mismas señales y milagros ya mencionados.
Hay tres cosas acerca de Nicodemo en este pasaje de las Escrituras que nos indica de dĂłnde venĂa.
1) El era fariseo, una palabra que significa "separado" (v. 1). Los fariseos eran un grupo profundamente religioso de nunca más de 6.000 individuos que estaban comprometidos a observar cada detalle de la ley segĂşn la interpretaciĂłn de los escribas y maestros de la Ley de Israel. Para los fariseos, no era suficiente guardar los mandamientos segĂşn lo establecido por MoisĂ©s en los primeros cinco libros de la Biblia. QuerĂan que cada mandamiento se definiera especĂficamente y se convirtiera en una regla; por ejemplo, querĂan saber quĂ© significaba no trabajar en sábado. ÂżPodrĂa uno ir a caminar en el dĂa de reposo? ÂżSe considerarĂa eso trabajo? ÂżHasta dĂłnde podrĂa uno ir a caminar? ÂżQuĂ© podrĂa llevar una persona a caminar? Los escribas escribieron sesenta y tres volĂşmenes llamados el Talmud para explicar y definir tales leyes y reglas que los israelitas debĂan de cumplir. El viaje de un dĂa de reposo determinado por los escribas era de 2.000 codos (mil yardas), pero si una cuerda estaba atada al final de una calle, todo el camino se convertĂa en una casa, y un hombre podĂa ir otras mil yardas más allá de la calle. Este es un ejemplo de cuan detalladas y rĂgidas se volvieron estas reglas.
2) No sĂłlo era Nicodemo un fariseo, sino que tambiĂ©n era uno de los setenta miembros que formaban el consejo gobernante judĂo, el SanedrĂn. El SanedrĂn era la Corte Suprema de los JudĂos, que tenia jurisdicciĂłn sobre cada JudĂo en el mundo.
3) Él era el maestro de Israel, dijo JesĂşs (VersĂculo 10). JesĂşs sabĂa quiĂ©n era Ă©l, asĂ como cualquier otra persona judĂa practicante sabĂa. Esta Escritura que se refiere a Nicodemo como el maestro de Israel tiene un artĂculo definido en el idioma griego que indica que Nicodemo fue el maestro de mayor rango en la naciĂłn. Probablemente, tenĂa muchos escribas que lo buscaban para obtener respuestas a muchas de las pequeñas reglas que uno tenĂa que guardar para ser considerado justo como un fariseo.
Pregunta 1) ÂżPor quĂ© un hombre, como Nicodemo, vendrĂa a JesĂşs de noche (v. 2)? Aunque Nicodemo era un erudito, estaba buscando respuestas de JesĂşs. ÂżQuĂ© imaginas que estaba sucediendo en su vida que causĂł esta bĂşsqueda espiritual?
ÂżPor quĂ© vino de noche? Tal vez, fue porque vio cĂłmo las multitudes clamaban alrededor de JesĂşs durante el dĂa y cĂłmo JesĂşs estaba atento a las necesidades de aquellos que diariamente venĂan a Ă©l. Él puede haber estado simplemente tratando de adquirir algĂşn tiempo de calidad con JesĂşs cuando no estaba distraĂdo por otras cosas. TambiĂ©n es posible, que un hombre como Nicodemo tenĂa muchas responsabilidades durante el dĂa, y tenĂa poco tiempo para buscar respuestas a las preguntas personales de su alma, entonces cuando acabĂł su dĂa laboral, busco a JesĂşs. La tercera posibilidad es que Nicodemo no querĂa la oposiciĂłn y la burla de parte de los otros ancianos gobernantes de los Judios. Él vino por la noche para que otros no lo vieran en su orden religiosa que era observar cada movimiento de JesĂşs durante el dĂa mientras enseñaba en los patios del templo.
Nicodemo, el Sumo Sacerdote, y otros en el SanedrĂn envidiaban y odiaban a JesĂşs. Más tarde, cuando Nicodemo se encontrĂł con otros fariseos que trataban de arrestar a JesĂşs, el tratĂł de defender a JesĂşs ante el concilio de los judĂos, pero los otros en la asamblea que despreciaban a JesĂşs protestaron.
50 Nicodemo, que era uno de ellos y que antes habĂa ido a ver a JesĂşs, les interpelĂł: 51 —¿Acaso nuestra ley condena a un hombre sin antes escucharlo y averiguar lo que hace? 52 —¿No eres tĂş tambiĂ©n de Galilea? —protestaron—. Investiga y verás que de Galilea no ha salido ningĂşn profeta. (Juan 7:50-52).
El enemigo de nuestras almas, Satanás, busca intimidarnos audazmente para que no hablemos acerca de nuestra creencia en el Señor. El espĂritu que está obrando en este mundo, Satanás, trata de disminuir la influencia de aquellos que creen en Cristo (Efesios 2:2). Tristemente, una pobreza del alma viene sobre nosotros cuando ocultamos nuestra creencia en Cristo. La Biblia dice que los justos son tan audaces como los leones (Proverbios 28:1). Sea audaz cuando se trata de defender a Cristo entre los incrĂ©dulos.
Cualquiera que sea la razĂłn por la que Nicodemo vino por la noche, es evidente que algo agitaba su corazĂłn. Estaba convencido de que JesĂşs tenĂa algo que Ă©l no tenĂa. Nicodemo no llegĂł a decir porque fue; todo lo que pudo decir fue que Ă©l veĂa que Dios estaba con JesĂşs y que estaba seguro de que JesĂşs fue enviado por Dios (VersĂculo 2). Incluso en ese entonces, Ă©l no asumiĂł responsabilidad de sus palabras, porque Ă©l dijo, “sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios” (v. 2) como si fueran otros los que decĂan esto.
HabĂa un conocimiento intuitivo, un testigo interno, o un conocimiento que crecĂa en Nicodemo acerca de Cristo y de su propia bancarrota espiritual. Él estaba comenzando a tomar interĂ©s en la persona de Cristo pero no lo aceptaba completamente. "QuiĂ©n era este JesĂşs" seguramente habrĂa sido el tema de discusiĂłn entre los de su cĂrculo social más cercano, especialmente despuĂ©s de que Cristo entrĂł en el templo y echĂł a los que cambiaban monedas y a los que vendĂan animales de sacrificio, mencionados en el pasaje anterior. Ciertamente, los milagros que Nicodemo habĂa presenciado le habĂan ayudado a ver que habĂa algo más en Cristo de lo que Ă©l pensaba. A pesar de todos sus logros hasta este momento, Nicodemo no tenĂa un testigo interno de que estaba bien con Dios. Él fue donde Cristo para averiguar de lo que se estaba perdiendo. Escribiendo a la iglesia de Roma, Pablo el ApĂłstol nos dice que todo cristiano tiene un testimonio interior en su vida, haciĂ©ndole saber que pertenece a Cristo:
Y ustedes recibieron un EspĂritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» 16 El EspĂritu mismo da testimonio a nuestro espĂritu que somos hijos de Dios. 17 Y, si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues, si ahora sufrimos con Ă©l, tambiĂ©n tendremos parte con Ă©l en su gloria (Romanos 8:15-17. (Enfasis mio).
Pregunta 2) QuĂ© cree que quiere decir que el EspĂritu Santo da testimonio a nuestro espĂritu?
la SalvaciĂłn es Imposible para el Hombre
Como gobernante, maestro y fariseo, este hombre tenĂa la clase de justicia que toda la naciĂłn envidiaba, pero le faltaba algo. ¡No era lo suficientemente bueno! JesĂşs enseñó que se necesitaba algo más que simplemente guardar un sistema de buenas obras:
20 Porque les digo a ustedes que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley [ Nicodemo era parte de los dos].(Mateo 5:20. La nota en parĂ©ntesis es mĂa).
El Señor sabĂa la pregunta que estaba en la mente de Nicodemo. Él le dijo: "De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3). La palabra griega traducida con la palabra nacido "de nuevo" es la palabra anothen, una palabra que puede significar dos cosas diferentes. Puede significar de nuevo como en el sentido de una segunda vez, o puede significar de lo alto como en el sentido de que Dios tiene que hacer una obra en nuestra alma antes de que podamos siquiera empezar a percibir el Reino de Dios. Ambos tĂ©rminos son correctos. Las palabras de JesĂşs llegaron como un choque a Nicodemo, porque los judĂos religiosos pensaban que debido a que eran hijos de Abraham y guardaban la ley, todos entrarĂan en el reino de Dios. Se vestĂan por fuera, pero por dentro estaban llenos de hipocresĂa:
»¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre (Mateo 23:27).
Tiene que haber una imputaciĂłn (justicia atribuida a la cuenta espiritual de uno) en el interior de
cada hombre. Sin un cambio interior, nuestras vidas siguen siendo las mismas. El cambio tiene que venir desde el interior, y no somos suficientes para traer este cambio, es decir, este renacimiento, por nosotros mismos. ¡Necesitamos conectarnos a la fuente de energĂa! El interior de un hombre, el corazĂłn, tiene que ser reparado. Tenemos un tĂ©rmino teolĂłgico para esto, y se llama la regeneraciĂłn: Él nos salvĂł, no por nuestras obras: “Él nos salvĂł, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvĂł mediante el lavamiento de la regeneraciĂłn y de la renovaciĂłn por el EspĂritu Santo (Tito 3:5). Hacerse cristiano no es hacer un nuevo comienzo en la vida; es recibir una nueva vida con la que podemos empezar. El escritor, J. Sidlow Baxter, dijo, "la regeneraciĂłn es la fuente; la santificaciĂłn es el rĂo."
La declaraciĂłn de JesĂşs fue desafiante para Nicodemo. El pueblo judĂo tenĂa la creencia de que, si uno era rico, era una buena señal de que uno iba camino al reino de los cielos. En otro pasaje de la enseñanza, JesĂşs le dijo a los discĂpulos que era difĂcil para un hombre rico entrar en el reino. Ellos se sorprendieron de la declaraciĂłn de Cristo.
23 —Les aseguro —comentĂł JesĂşs a sus discĂpulos— que es difĂcil para un rico entrar en el reino de los cielos. 24 De hecho, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios. 25 Al oĂr esto, los discĂpulos quedaron desconcertados y decĂan: —En ese caso, ÂżquiĂ©n podrá salvarse? 26 —Para los hombres es imposible —aclarĂł JesĂşs, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible (Mateo 19:23-26. Enfasis mio).
Algunas personas enseñan que el ojo de una aguja se refiere a una puerta hacia una ciudad tan pequeña que, para entrar con un camello cargado de "cosas", una persona tendrĂa que descargar antes de poder entrar por la puerta. Creo, sin embargo, que este pasaje debe interpretarse literalmente. Yo creo que JesĂşs estaba diciendo que, asĂ como es imposible enhebrar un camello a travĂ©s de una aguja de coser, de la misma manera, es imposible para cualquier persona, ya sea que usted sea rico o pobre, entrar en el reino eterno de Dios sin ser nacido de nuevo o nacido de arriba. Sin la obra de regeneraciĂłn de Dios tomando lugar en el centro de la vida de una persona, es imposible entrar en el reino de Dios. Es tan crĂtico para nosotros reconocer esta verdad que tres veces en este pasaje solamente, Cristo declara, "Te aseguro" (VersĂculos 3, 5 y 11), una declaraciĂłn diseñada para mostrar la importancia de Sus palabras.
Es difĂcil para un hombre que siempre ha mirado la vida desde un punto de vista externo, que una charla como la necesidad de un nacimiento espiritual, le cupiera en la mente. Nicodemo respondiĂł de la misma manera que la mayorĂa de nosotros al escuchar tal declaraciĂłn por primera vez responderiamos. Él pensaba sĂłlo en tĂ©rminos naturales. Para Ă©l, no habĂa una manera lĂłgica de entender esta afirmaciĂłn, y lo desconcertĂł. Si se toma textualmente, esto significaba que tendrĂa que entrar en el vientre de su madre para nacer de nuevo. Estaba pensando en tĂ©rminos literales y se preguntaba cĂłmo podrĂa ser esto asĂ.
JesĂşs le dijo que el Reino de Dios ni siquiera podĂa ser percibido sin una imparticiĂłn de vida espiritual de Dios. El Señor es tan enfático acerca de esto que Él se lo explica claramente a Nicodemo y tambiĂ©n a nosotros para nuestro beneficio. Él dice: “Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del EspĂritu no puede entrar en el reino de Dios —respondiĂł JesĂşs—. 6 Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del EspĂritu es espĂritu” (VersĂculos 5-6). Lo que es nacido de la carne es carne, pero entrar en un reino espiritual requiere que su espĂritu muerto reciba el don de la vida de Dios. Él no dice que algunas personas no pueden entrar a menos que nazcan de nuevo, pero Él usa palabras fuertes, diciendo que nadie puede entrar a menos que dos cosas sucedan en la vida de una persona. No se puede llegar a ser cristiano tratando de vivir la vida cristiana. AsĂ como tu nacimiento en este mundo, no puedes hacer nada para contribuir a tu nacimiento espiritual. La salvaciĂłn es dada como un regalo de Dios (Efesios 2:8). Lo que se necesita, dijo JesĂşs, son dos cosas: nacer de agua y del EspĂritu.
Nacer del Agua y del EspĂritu
Hasta que vengamos a Cristo y recibamos el regalo de la vida eterna, la muerte sigue operando en nuestras vidas. Cuando Adán desobedeciĂł la advertencia de Dios, es decir, el dĂa que comiĂł del fruto prohibido en el Huerto del EdĂ©n, ciertamente morirás (GĂ©nesis 2:17), Adán no muriĂł fĂsicamente hasta que tuvo 930 años de edad (GĂ©nesis 5:5). La muerte comenzĂł su obra en Ă©l el dĂa que pecĂł, pero lo que tambiĂ©n fue afectada fue su capacidad de conectarse y comunicarse con Dios, confirmado al haberse escondido de Dios en el Huerto del EdĂ©n (GĂ©nesis 3:8). Si no estamos conectados con Dios, tambiĂ©n estamos sin esperanza (Efesios 2:12), una condiciĂłn que Dios llama estar muerto. JesĂşs vino para restaurar esa conexiĂłn. Él dijo, "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Juan 10:10). Si JesĂşs vino a darnos esta nueva vida, entonces lo que tenemos antes de recibir Su vida es inadecuado.
El ApĂłstol Pablo escribe sobre lo mismo en su carta a la iglesia de Éfeso: "En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones" (Efesios 2:1). Cuando la gente viene a Cristo, se arrepienten de sus pecados, y reciben a Cristo en sus vidas, son nacidos de nuevo: "Más a todos los que le recibieron, a los que creyeron en su nombre, les dio derecho de ser hijos de Dios" (Juan 1:12). Una infusiĂłn de vida es impartida al espĂritu de los cristianos nuevos. El velo es quitado del templo de sus corazones, y la comuniĂłn con Dios es restaurada. El problema del pecado que nos separĂł de Dios es quitado cuando ponemos nuestra confianza en Cristo.
Pregunta 3) Qué quiso decir Jesús cuando se refirió a “nacer del agua (Juan 3:5)?
Hay cuatro interpretaciones que son posibles:
-
El agua es una referencia al nacimiento fĂsico. En los primeros nueve meses de nuestras vidas, vivimos en un fluido en un saco amniĂłtico en el vientre de nuestra madre. Los que se aferran a este pensamiento creen que JesĂşs está diciendo que una persona no sĂłlo necesita un nacimiento fĂsico, sino tambiĂ©n un nacimiento espiritual. Esta es una interpretaciĂłn muy literal, y no muchas expertos sostienen este punto de vista.
-
La segunda es que el agua es un sĂmbolo de la Palabra de Dios. Se nos dice en las Escrituras que Cristo limpia la Iglesia “para hacerla santa. Él la purificĂł, lavandola con agua mediante la palabra…” (Efesios 5:26). En otro lugar, JesĂşs lo puso asĂ: "Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado”. (Juan 15:3). En esta interpretaciĂłn, JesĂşs está diciendo que el EspĂritu de Dios usa la Palabra como el medio para convencer a uno del pecado y explicar lo que Dios ha hecho para limpiarnos de todo el. En esta interpretaciĂłn particularmente, el agua simboliza el poder de limpieza para purificar nuestro camino-viviendo de acuerdo con la Palabra de Dios (Salmos 119:9).
-
Otra interpretaciĂłn es que el agua es simbĂłlica del trabajo de limpieza y regeneraciĂłn del EspĂritu en la vida de una persona cuando vuelve a Jesucristo: 4 Pero, cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, 5 Ă©l nos salvĂł, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvĂł mediante el lavamiento de la regeneraciĂłn y de la renovaciĂłn por el EspĂritu Santo (Tito 3:4-5).
-
La cuarta interpretaciĂłn es que el agua significa el arrepentimiento. Algunos creen que este fue lo que JesĂşs quiso decir al ser bautizado, pero el bautismo es una expresiĂłn externa de un cambio interior del corazĂłn. Es lo que sucede en el interior lo que marca la diferencia. En el momento del encuentro con Nicodemo, Juan el Bautista todavĂa estaba predicando un bautismo de arrepentimiento (Marcos 1:4; Hechos 19:4). Sumergirse bajo el agua era una manera de decirle al mundo que uno se habĂa arrepentido (arrepentimiento significa cambiar de opiniĂłn) y habĂa muerto a su vida pasada y estaba esperando la venida del EspĂritu con la llegada del MesĂas (Cristo). El arrepentimiento ya no es una palabra popular en nuestros dĂas. Algunos enseñan que uno sĂłlo tiene que creer en Cristo, pero el mensaje de Cristo era que, a menos que la gente se arrepienta y crea, ellos perecerán.
Creo que las cuatro interpretaciones son válidas, asĂ que no deberĂamos ser dogmáticos sobre ninguna de ellas. Es comĂşn encontrar capas de verdad en la Palabra de Dios cuando miramos una declaraciĂłn como esta. Lo importante es examinar tu corazĂłn y considerar si has practicado el verdadero arrepentimiento del que habla la Biblia. ÂżHas pedido al EspĂritu Santo que te limpie y te renueve? ÂżRealmente quieres estar libre de hábitos que dañan tu carácter y alma y causan dolor en tu vida y en la vida de los demás? Si verdaderamente nos hemos arrepentido de todo pecado conocido, el EspĂritu de Dios iluminará las cosas que necesitamos dejar ir, las cosas que necesitamos abandonar o cambiar. ¡Sin embargo, eso no es todo! El EspĂritu Santo es fiel para revelar no sĂłlo la verdad, sino que tambiĂ©n Él nos guiará a la verdad. Dios provee no sĂłlo el mapa vial a la redenciĂłn sino tambiĂ©n el vehĂculo para llevarnos a nuestro destino. Lo que se necesita es un despertar espiritual o nacimiento, que se produce debido a una imparticiĂłn de vida de Dios a travĂ©s de Su Palabra y Su EspĂritu y no a travĂ©s de nuestras obras de justicia. Lo que vemos en este pasaje de la Escritura es un hombre que está despertando a su propia necesidad y buscando un renacimiento espiritual.
Pregunta 4) ÂżCĂłmo sabe la gente si ha nacido del agua y del EspĂritu? ÂżQuĂ© piensas? ÂżQuĂ© evidencia debemos ver en la vida de una persona que de verdaderamente ha recibido el don de la salvaciĂłn y ha nacido de nuevo (o nacido de arriba)?
Hace varios años, una joven llegĂł a los ancianos de una iglesia queriendo formar parte de la iglesia. Primero, le preguntaron, "ÂżAlguna vez se ha dado cuenta de que eres pecadora?" "SĂ," dijo sin dudarlo, "De hecho si." La segunda pregunta que se le hizo fue: "ÂżCrees, mi niña, que ha habido un cambio?" "SĂ© que lo he hecho", fue la respuesta inmediata. "Bueno", la pregunta vino, "Âży quĂ© cambio has hecho?" "Bueno", dijo, "es asĂ. Antes de convertirme, estaba corriendo tras el pecado. Ahora, estoy huyendo de Él." Este cambio de carácter es evidencia de una experiencia de haber nacido de nuevo; es tanto un cambio de actitud como un cambio de direcciĂłn.1
Tomemos algĂşn tiempo para repasar algunas de las evidencias de una persona que ha nacido de nuevo, pero ten cuidado de que estas cosas no se vean como marcas de comprobaciĂłn de las cosas que puedes hacer. Son el fruto de un cambio interior realizado por el EspĂritu y no por nuestra carne.
-
ÂżDe verdad crees en el Evangelio? No estamos hablando de un reconocimiento mental a la verdad del mensaje, sino de una creencia de corazĂłn que vive los valores divinos en su vida diaria. Tu vida te mostrará si crees o no. JesĂşs dijo, "Por sus frutos los reconocerás. ÂżSe recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?" (Mateo 7:16). Debe haber evidencia creciente del fruto del EspĂritu en tu vida (Gálatas 5:16-25).
-
¿Hay un corazón agradecido y amoroso de aprecio hacia el Señor Jesús por haber muerto en la cruz por ti?
-
¿Tienes hambre de conocer la Palabra de Dios? “En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a el” (1 Juan 2:5).
-
ÂżHay anticipaciĂłn en tu corazĂłn por el regreso de Cristo? “2 Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavĂa no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a Ă©l, porque lo veremos tal como Ă©l es. 3 Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sĂ mismo, asĂ como Ă©l es puro”. (1 Juan 3:2-3 Énfasis mĂo).
-
ÂżEstás molesto y decepcionado contigo mismo cuando pecas? Si has invitado a Cristo a sentarse en el trono de tu vida y le has dado control, el EspĂritu te dará convicciĂłn cuando peques.
-
ÂżAmas a otros que aman a Dios? ÂżDisfrutas estar cerca de otros cristianos? 14 "Sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama, permanece en la muerte" (1 Juan 3:14).
-
ÂżEstás consciente del trabajo del EspĂritu en tu vida? Si es asĂ, entonces esto tambiĂ©n es evidencia de la vida de Dios obrando en ti: 13 ÂżCĂłmo sabemos que permanecemos en Ă©l, y que Ă©l permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su EspĂritu (1 Juan 4: 13).
Mi Propia InsatisfacciĂłn Espiritual
DespuĂ©s de una larga bĂşsqueda durante un tiempo de cinco años mientras visitaba cinco continentes y muchos paĂses diferentes, encontrĂ© a Cristo. Tuve una experiencia cercana a la muerte que me concientizo de que la muerte no era el fin de la vida, sino sĂłlo la puerta inicial. En realidad dejĂ© mi cuerpo y me vi desde el techo. Mientras flotaba entre la muerte y la vida, clamĂ© a un Dios que no conocĂa. ¡PensĂ© que cuando una persona morĂa, eso era todo! Le dije a un Dios que no conocĂa, "Te darĂ© mi vida y harĂ© lo que quieras si me perdonas la vida y me dejas vivir." Dios escuchĂł mi oraciĂłn, e inmediatamente me encontrĂ© de nuevo en mi cuerpo. A partir de ese momento, sentĂ que me guiaba una persona invisible, ¡pero quiĂ©n era Dios no tenĂa ni idea! Nunca antes nadie me habĂa hablado del Evangelio de Cristo, asĂ que trate la religiĂłn en forma de hinduismo y budismo. Eso no satisfizo mi sed interior por Dios, asĂ que seguĂ estudiando filosofĂa y otras cosas raras como el ocultismo.
Cuando agote mi bĂşsqueda y me di cuenta que todos eran ineficaces, me encontrĂ© con un libro de Hal Lindsey que hablaba sobre la profecĂa que se cumple en nuestros dĂas; el libro se llamaba La AgonĂa del Gran Planeta Tierra. Al leer este libro me abriĂł los ojos al hecho de que Dios estaba obrando en el mundo y no nos habĂa dejado en nuestras propias manos. AprendĂ de Su amor por mĂ, y sĂłlo unas semanas despuĂ©s, abordĂ© un aviĂłn para ir lado Oeste de Norte AmĂ©rica y averiguar más sobre el regreso de Cristo. El Señor se asegurĂł de que me sentara junto a un creyente en el aviĂłn. Él me invitĂł a que me montara en su coche alquilado y fuĂ©ramos a un campamento de verano cristiano en el estado de Virginia para estudiar la profecĂa bĂblica con Ă©l. De alguna manera, nos separamos pasando por InmigraciĂłn. Fui detenido cuando los oficiales vieron mi pasaporte y a los muchos paĂses que habĂa visitado. Cuando finalmente salĂ de InmigraciĂłn, tomĂ© un autobĂşs de Greyhound convencido de que esta es la direcciĂłn en la cual este Dios, que me perseguĂa, me estaba llevando, y lleguĂ© a Richmond, Virginia.
Dos dĂas despuĂ©s, fui a la estaciĂłn de autobuses y comprĂ© un boleto a un campamento, un lugar a unos veinte kilĂłmetros de Richmond. Y allĂ en la lĂnea del autobĂşs estaba el Ăşnico estadounidense que conocĂa en todo el paĂs, el hombre que habĂa conocido en el aviĂłn. HabĂa escogido devolver su carro en la ciudad para no pagar mas alquiler, el mismo dia y a la misma hora. El se montĂł en el mismo autobĂşs en que yo iba, y me llevĂł al campamento donde escuchĂ© el Evangelio por primera vez. RecibĂ a Cristo en ese campamento de verano junto con un toque poderoso del EspĂritu de Dios
SentĂ que un peso se me quito de encima cuando recibĂ a Cristo en mi vida y nacĂ de nuevo. Mi corazĂłn fue como gelatina por muchos dĂas. En la más mĂnima menciĂłn de JesĂşs, lloraba. Me resultaba difĂcil creer que alguien me amara como era yo, es decir, un pecador cansado y herido que anhelaba ser amado. Para mĂ, fue una experiencia que nunca olvidarĂ©. ¡SabĂa que era diferente! ¡Estaba tan feliz! Me sentĂ amado por Dios y sentĂ un amor por los demás, que no habĂa sentido antes. En ese momento una pasiĂłn por la Palabra de Dios vino a mi corazĂłn, al igual que amor por otros cristianos, y un deseo de dejarle saber aquellos que aĂşn están sin Él, lo mucho que ellos tambiĂ©n son amados. Mi alma estaba y está satisfecha.
El viaje de todos es Ăşnico. Mi vida tomĂł un giro radical porque estaba tan desesperada, viviendo una vida tan lejos de Dios. No importa lo que nos lleve al punto de buscar; todos somos llevados en algĂşn punto a una encrucijada. Es un lugar donde examinamos nuestras vidas y nos preguntamos acerca de nuestro lugar en la vida, lo que hemos logrado, y el significado que la vida tiene. Usted puede tener pensamientos como "ÂżEs esto todo lo que hay?" "ÂżDe quĂ© se trata esta vida?" Si usted se encuentra teniendo pensamientos como este, usted está en una encrucijada! Encuentra a Jesucristo allĂ. El está esperando.
Nicodemo se convirtiĂł en creyente despuĂ©s de haberse encontrado con JesĂşs. Dos años despuĂ©s, en la crucifixiĂłn, lo encontramos junto con JosĂ© de Arimatea en el tumba de Cristo, “TambiĂ©n Nicodemo, el que antes habĂa visitado a JesĂşs de noche, llegĂł con unos treinta y cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe. Ambos tomaron el cuerpo de JesĂşs y, conforme a la costumbre judĂa de dar sepultura, lo envolvieron en vendas con las especias aromáticas” (Juan 19:39-40).
ÂżQuĂ© hay de ti? ÂżTienes plena seguridad en tu corazĂłn, es decir, ese testigo interno del EspĂritu, de que has nacido de nuevo y eres un hijo/a de Dios? ÂżEs posible que, como Nicodemo, sientas que te falta algo? Para nacer de nuevo del EspĂritu de Dios y disfrutar de la paz con Dios, necesitas arrepentirte del pecado y pedirle a Cristo que venga a tu vida y tome el control de ahora en adelante. AquĂ hay una oraciĂłn que podrĂas rezar:
Oración: Padre, ahora vengo a Ti, creyendo que Tú me amas y tienes un plan para mi vida. Gracias por haberme amado tanto que enviaste a tu Hijo al mundo para pagar el castigo por mis pecados, lo que me ha impedido disfrutar tanto de tu presencia. Me arrepiento y me alejo del pecado y le pido a Cristo que venga y viva en mà mientras le doy el control de mi vida. Gracias, Padre, por el don de la vida eterna. ¡Amén!
Keith Thomas.
Página de Internet:
Correo ElectrĂłnico: