
En el siglo XXI, el nombre Judas evoca traición y engaño; no es un nombre que se le dé a los recién nacidos. Sin embargo, en la época de Cristo, era un nombre honorable. Una de las doce tribus de Israel se llamaba Judá, y el rey David provenÃa de esa tribu. Quizás Judas recibió su nombre en honor a Judas Macabeo, un israelita que llevó a los judÃos a la victoria sobre el Imperio seléucida más de 175 años antes, cuando AntÃoco EpÃfanes intentó destruir la fe, la cultura y la lengua judÃas. Su apellido, Iscariote, indica la ciudad de donde provenÃa Judas: ish («hombre») de Kerioth, una pequeña aldea en el sur de Judea.
Judas habÃa perfeccionado tan bien el arte de la hipocresÃa y el engaño que, cuando Jesús dijo a los doce durante la Última Cena que uno de ellos lo traicionarÃa, ninguno de los once supo quién era el traidor.
20Al atardecer, Jesús estaba recostado a la mesa con los Doce. 21Y mientras comÃan, dijo: «En verdad os digo que uno de vosotros me traicionará». 22Se entristecieron mucho y comenzaron a decirle uno tras otro: «¿Acaso no seré yo, Señor?» (Mateo 26:20-22).
Judas seguÃa tratando de ocultar su traición a los demás cuando le dijo a Jesús: «¿Acaso no seré yo, RabÃ?». Jesús le respondió: «SÃ, eres tú» (Mateo 26:25). Probablemente estaba sentado a la mesa en el lugar de honor a la izquierda de Jesús, tratando de ocultar sus planes. Lo sabemos porque el Señor estaba al alcance de Judas, quien recibió un trozo de pan que Jesús habÃa mojado en el plato. El apóstol Juan nos da más detalles aquÃ.
21Después de decir esto, Jesús se turbó en su espÃritu y testificó: «En verdad os digo que uno de vosotros me va a traicionar». 22Sus discÃpulos se miraron unos a otros, sin saber a cuál de ellos se referÃa. 23Uno de ellos, el discÃpulo a quien Jesús amaba, estaba recostado junto a él. 24Simón Pedro le hizo una señal a este discÃpulo y le dijo: «Pregúntale a quién se refiere». 25Recostándose contra Jesús, le preguntó: «Señor, ¿quién es?». 26Jesús respondió: «Es aquel a quien yo le dé este bocado de pan después de mojarlo en el plato». Entonces, mojó el bocado de pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. 27En cuanto Judas tomó el pan, Satanás entró en él (Juan 13:21-27).
La disposición de los asientos o reclinatorios alrededor de la mesa era tal que Juan se recostó a la derecha de Jesús, con la cabeza apoyada en su pecho. Aunque no podemos estar seguros, algunos creen que Pedro estaba a la derecha de Juan porque le pidió que le hiciera una pregunta a Jesús («Pregúntale a quién se refiere» [v. 24]). Se cree que Judas estaba a la izquierda de Jesús, uno de los dos puestos de honor junto al MesÃas.
¿Cómo llegó Judas al otro asiento de honor a la izquierda de Jesús? Lucas describe una disputa en la Última Cena sobre quién era considerado el más grande (Lucas 22:24). Es posible que Pedro estuviera molesto por recibir una posición inferior en la mesa porque Judas se colocó a la izquierda de Jesús. Su deseo de ocupar el mejor asiento podrÃa haber surgido de la creencia de que Jesús pronto utilizarÃa el poder humano para derrocar el dominio romano, lo cual era una idea errónea de lo que realmente es el Reino de Dios. Los verdaderos creyentes en Cristo deben erradicar de sus corazones el deseo de alcanzar un estatus más elevado. Somos siervos y debemos estar dispuestos a aceptar el asiento más bajo con un corazón alegre y dispuesto. Mañana hablaremos más a fondo sobre la traición de Judas. Keith Thomas
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